miércoles, 12 de octubre de 2016



Club de lectura

  


Se trata de una actividad gratuita dirigida a los padres de nuestros alumnos o a cualquier otro miembro de la comunidad educativa interesado en la lectura.

jueves, 28 de junio de 2012

Acto de fin de curso 2011-2012



  
Acto de fin de curso
2011-2012







Caminos de hierro
Obra de teatro en dos actos organizada por los alumnos del instituto

Entrega de premios de fin de curso


SALÓN DE ACTOS
IES Mariana Pineda
27 de junio de 2012
INTÉRPRETES
(Por orden de intervención)

PERSONAJE
                                     A CTOR/ACTRIZ
Mendigo
Iñaki Mira
Abuela
Aurora Merino
Yago
Yago Patiño
Amanda
Amanda Gil Merino
Jorge
Miguel Fernández Mañas
Eduardo
Diego García Díaz
Liu Qi
Wei Wei Xia
Juana
Elena Labrador
Sara
Sara Ramírez
Madre
Cristina Infantes
Hija
Alicia María López
Embarazada
Gabriela Cojocaru
Novia
Florencia Ríos
Novio
Francisco Javier Roda
Empresario
Ángel González del Hoyo
Mónica
Mónica Ayala Marín
Ana
Anabel Peinado
Empleada de la empresa
Carmen Medrano
Sigmund
Ceferino de Paz
Maquinista
Irene Zea
Policía
Raquel Torremocha



Agradecemos las participaciones del profesor Ceferino de Paz y del
auxiliar de control Iñaki Mira en esta obra. También queremos dar las gracias al profesor Francisco Javier González-Velandia.


Ilustraciones
Nieves Chen Xue He

Premio a la mejor portada de Eureka
Laura López González

Premio a la portada de la agenda
Cristian Manso

Premios Literarios del Departamento de Lengua
1º Ciclo
Primer premio
Irene Gallardo Moreno
(compartido)
Aurora Merino Fernández
Mención
Ana Abad Fernández
Mención
Marina Capellán García
Mención
Víctor Manuel Jurado Rodríguez
Mención
David Martín Ortega

2º Ciclo y Bachillerato
Primer premio
Mónica Perea Bargallo
Segundo premio
Aruna Martínez Pérez
Mención
Ana Isabel Peinado Manchado
Mención
Sara Ramírez García

Premios de carteles del Departamento de Inglés
1º Ciclo
Primer premio
Aurora Merino
Segundo premio
Elena Labrador

2º Ciclo
Primer premio
Yaiza Díaz
Segundo premio
Rebeca Iona Toporau

Bachillerato
Primer premio
Erika Santos
Segundo premio
Mario Velandia

Premios Deportivos de la “Liga de los Recreos”

Primer premio
Equipo Denzel´s Team
Segundo premio
Queremos mambo
Tercer premio
Los galácticos
Pichichi
Álvaro Briguega

miércoles, 27 de junio de 2012

PREMIOS CONCURSO DE RELATOS DEL DEP. DE LENGUA Y LITERATURA 2012.


Sé que lo que voy a contar a continuación es absurdo, que no tiene lógica, que ustedes van a pensar que estoy loca, pero todo sucedió tal y como yo lo recuerdo y les paso a narrar.

Vivía en uno de los países más pobres de la Tierra y la vida para ella consistía en lo mismo día tras día. La única escapatoria eran los sueños, donde podía explorar al antojo de la mente. Inventaba a unos seres que estaban entrenados para imaginarse cosas por el día y enseñarlas mientras dormíamos, mientras el cerebro podía tener un poco menos de trabajo. De ese modo el cerebro podría apreciar un poco más su esfuerzo.
Le gustaba soñar, era reconfortante. Por suerte o por desgracia siempre recordaba lo que esos supuestos pequeños seres le enseñaban por las noches. El poder soñar y recordarlo aportaba, aunque no lo parezca, algo de acción en su vida a la que consideraba monótona y aburrida. Las únicas novedades comenzaban cuando venían al pueblo esas personas que les daban alimentos y sonrisas. Ellos les contaban cosas de fuera y les enseñaban.

Estando con aquellas personas, alguna vez había escuchado que a menudo las personas de otros lugares del mundo adoptaban a gente de allí y se la llevaban donde ellos mismos vivían. Se suponía que eso era bueno, así que la gente se ponía feliz cuando llegaban y hablaban de cómo sería.

Su madre le contó lo que podía significar el que le escogieran para irse con ellos. No estaba segura de tener que dejar a su madre, sus hermanos, su casa… ella logró convencerla de que sería una buena idea, así que cuando recibió la noticia se alegró. Por lo menos eso intentó hacer.

Se imaginó que el lugar al que la llevarían sería igual que el campamento. Aunque la gente que volvía decía que no se parecía. Decían que había muchísima gente, que había casas altas, que todo era de un color diferente al rojo de la arena, que había muchas luces; que había agua, mucha agua; montañas.
Así que empezó a imaginar todas las posibilidades que le podían esperar. En realidad, empezó a soñar con ellas:


Era un mundo extraño pero maravilloso. A su izquierda había una cascada. Estaba dada la vuelta. Los peces que deberían caer desde la tierra cascada abajo, bajaban de las profundidades del cielo y seguían el curso del río.  

Sabía lo que era ese sitio, estaba en sus sueños. Alguna noche soñó con una fugaz imagen de algo así. Era el final de un lado del mundo y el principio de otro extremo del mismo. Allí los peces que bajaban de la cascada aparecían en los ríos que nosotros conocemos. Después simplemente llegaban al mar y en su viaje iban evolucionando hasta convertirse en los grandes animales que nosotros reconocemos como ballenas, delfines, tiburones… todos ellos alguna vez fueron pequeños peces que bajaron la cascada.
Cuando las especies se extinguían no siempre era por culpa de los seres humanos, normalmente lo que ocurría era que un grupo de amigas y amigos que se cansaban de ser una determinada especie decidían irse por el horizonte del mar, decidían cambiar. Desaparecían por esa línea en la que nunca estamos del todo, la misma que siempre vemos como un horizonte inalcanzable (para nosotros).

Sí, era eso lo que ocurría.

A las orillas del río había muchas plantas de todos los colores, tamaños, formas… todo el territorio que la vista podía llegar a alcanzar estaba completamente poblado de vegetación.


Después todo cambió y apareció en medio de un iceberg de hielo. Era como un polo norte, pero la sensación no fue de frío. Era agradable. A su alrededor había un océano con pequeños trozos de hielo flotando. Dio la vuelta alrededor del iceberg y cuando llegó al otro lado de éste, pudo divisar tierra. En ella había lobos y osos polares, había también un pequeño árbol. Esa isla grande o pequeña, (no podía adivinar cuáles serían sus dimensiones) tenía acantilados y desfiladeros en los que se posaban aves parecidas a gaviotas. Era todo un ecosistema lo que tenía ante sus ojos. 

Miró a su derecha y vio un barco avanzando hacia ella con hambre de hielo. Se acercaba. Cuando chocó la proa del barco contra el iceberg, a unos pocos centímetros de su posición, vino una ráfaga de viento que la trasladó a la isla. Le pareció  totalmente normal que el viento pudiera con ella.
Los animales que había en la isla de hielo fueron hacia ella, como si les hubiese llamado. Descubrió que no sólo eran lobos, osos y aves. Había peces de los que no se había percatado hasta entonces moviéndose debajo del suelo congelado; había también caballos, de esos que son de un tamaño medianamente pequeño; también aparecieron pingüinos y del agua saltaron leones marinos y focas. Había también leones y leonas, jirafas, gatos, y en el agua saltaban delfines.

Sabía qué animales eran; las gentes que venían a contarles lo del intercambio y a enseñarles les mostraron cómo eran, pero nunca imaginó que le atraería tanto el estar con ellos. Cuando se acercaron los lobos les acarició y le asombró  aquel pelo tan suave. Probó a tocar la crin de los ponis y era diferente al pelo de los perros, descubrió las texturas de cada animal: de los pingüinos, de los leones marinos, de la melena de los reyes de la selva. Entonces entendió que ellos serían una motivación para conocer mejor el mundo y lo que contiene.
 
Me desperté emocionada de las expectativas que mi mente había creado para mí. Tenía que hacerlo, iba a hacerlo. Me iría con esa gente a descubrir qué hay más allá de mi horizonte, de esa línea roja que yo hasta entonces no podría alcanzar. Y después, unos años más tarde, si me llegaba a gustar ese mundo paralelo al mío; entonces, saldría a conocer mundo. Todo el mundo.


Ana Abad Fernández





PREMIOS CONCURSO DE RELATOS DEL DEP. DE LENGUA Y LITERATURA 2012.



ATASCO EN LA M-30
 

Atasco en la M-30: nubes grises y calor, mucho calor: verano. Miro al coche que tengo al lado; un individuo apura un cigarrillo mientras escucho una música estridente. Vuelve la cabeza, me mira, y en ese instante intuyo que el día no va a acabar bien.
El bochorno se cierne sobre mí. Me inunda y solo consigue que mi calma vaya desapareciendo. El hombre baja la ventanilla y tira el cigarro mientras sus ojos se clavan en los míos produciéndome más y más inquietud. No llego a ver su matrícula porque estamos puerta con puerta, aunque tengo verdadera curiosidad porque ese hombre me infunde mucha desconfianza.
Me sonríe enseñándome unos horrorosos dientes amarillentos, seguramente a causa del tabaco.
Estamos parados, y siento, incluso sin mirarle, como me observa descaradamente. Mi primer impulso es abrir la puerta. Acerco la mano hacia el tirador, solo quiero salir corriendo.
A veces, cuando noto que la gente está pendiente de mi, necesito salir corriendo y alejarme lo más posible de todo. Y ahora mi corazón se encoge en mi pecho.
Miro de reojo al hombre, creo que también ha rodeado el tirador de su puerta con los dedos. Quiere hacerme algo, lo sé. Pero si salgo corriendo seguro que me alcanza. Aún así me parece la mejor opción.
Agarro el móvil que está en el asiento del copiloto. Sólo tengo grabados los números de emergencia, el mundo es demasiado peligroso y necesito poder llegar hacia esos contactos lo más rápido posible.
Definitivamente suena el “clic”, la puerta de mi coche está abierta. ¿Me atrevo a salir huyendo? He de hacerlo, tengo miedo.
Estoy fuera, corriendo entre coche y coche. He salido de mi banda sonora de Psicosis, 1960, dirigida por Alfred Hitchock, basada en la novela de Robert Bloch, producida por el mismo director y protagonizada por Anthony Perkins, adentrándome en los horribles pitidos de los coches y los gritos de conductores furiosos.
Me gritan a mí, su ira les corroe. Soy la causante de sus nervios, lo intuyo. Están conspirando, insultándome. Debería detenerme y pedirles perdón. Pero aunque no me he dado la vuelta, sé que aquel hombre del cigarrillo me persigue, y no puedo arriesgarme a parar.
Se me ha caído un zapato. No importa, tiro el otro también y así puedo correr más rápido.
Siento ese pequeño tic que me da cuando estoy nerviosa. Parpadeo rápidamente porque mi ceja no deja de levantarse por culpa de esos pequeños espasmos.
Hay un coche gris, matrícula 9841 AMF. Ya no hay tiempo, tengo que darle esquinazo. Salto al capó y formo una pequeña abolladura. Caigo rodando al arcén. Me oculto tras unos setos. Estoy escondiéndome como en una trinchera, pues lo más seguro es que ese hombre vaya  armado hasta los dientes.
Mi móvil vibra. Debo haber pulsado algún botón, los nervios más el calor pueden haberme hecho que me temblaran los dedos. Vuelve a vibrar. “Llamada entrante” dice.
-¡No sé quién eres! –Grito pegándome el pequeño aparato -¡Déjame en paz! Llevas toda la mañana siguiéndome, pegado a mí. Pero te he calado. ¿Eres un terrorista? ¿Tienes alguna bomba? –Estoy desesperada, ese hombre está loco- ¿Qué quieres? ¿Quién te ha dado mi número?
Suena la voz de una mujer:
-Lo siento mucho. Mire, llamábamos desde una compañía de teléfonos y nos habría gustado poder hablar con el titular. –Esa voz de mujer es patética, sin duda es el tipo del cigarrillo impostándola. –Pero veo que le pillamos en un mal momento.
-¡No finjas, canalla! –Le espeto -¿De qué me conoces? ¡Habla!
-Señora tranquilícese. –dice cuidando minuciosamente sus palabras, cree que no lo he descubierto –Aquí en las oficinas tenemos un ordenador con todos los números de teléfono. Solo queríamos saber si está dispuesta a cambiarse de compañía. Ofrecemos múltiples servicios pagando apenas un euro más. Verá, mi trabajo consiste en llamar y explicar las ventajas que puede adquirir si se une a nuestra compañía por la que ya apuestan más de tres millones de personas en todo el mundo.
-Estás enfermo. –El cielo se está oscureciendo aún más, es como si ya todo lo controlase él. Levanto un poco la cabeza desde mi escondite y le veo allí, en su coche, con la mirada fija en el mío. Las lágrimas empiezan a caerme, tengo tanto miedo… Mi cara parece enrojecerse -¿Por qué me odias? –Varios conductores más me están mirando en estos instantes -Ahora todos estáis en contra mi…
La llamada se ha cortado. Me ha colgado. Y mi mano acaba de rozar la chaqueta. Hay algo dentro. Sí, sin duda está ahí.
Pocas veces lo he utilizado, pero siempre fue en defensa propia. Una vez fue a Ramona Ramos; aquella terapeuta que decía que podía ayudarme. Me abrió un expediente en el que ponía mi nombre y debajo: “maniaca-depresiva, obsesa-compulsiva. Esperando tratamiento.” ¿Ayuda? ¡Quería encerrarme! Nunca lo dijo abiertamente, pero pensaba que yo estaba loca…
Otra fue en el instituto, a Sergio Serrano. Mi compañero de mesa. Le demostré mi amor: cada día iba a su casa y esperaba allí sentada a que volviese de sus actividades extraescolares. Lloviese o nevase, yo esperaba a que llegase, sentada en un bordillo. Necesitaba saber que había llegado bien a su casa. Incluso dejé de lado mis clases de natación para poder hacer tiempo frente a su portal. Pero María Martín fue la que le comió el coco. Una tarde llegaron juntos y vi como Sergio la besaba.
Cuando le expliqué que durante seis meses, todos los días había ido a su edificio, había tomado fotos desde todos los ángulos y todo por amor, me llamó “loca”. Sin duda se lo merecía.
Y el hombre del coche es el siguiente.
La empuño, me acercó lentamente a su coche. Veo su capó y hago un movimiento para que salga del coche.
Tiene las manos en alto. Farsante… esconde otra por alguna parte.
-Saca el arma y déjala en el suelo –No me obedece. Simplemente balbucea. Pero va a apuntarme con ella tarde o temprano.
El sonido de los coches me mata, el calor sigue cayendo sobre mí y yo sé que, como ya está cargada, solo tengo que apretar el gatillo y este sufrimiento acabará.
Hay gente que sale de sus coches, doy una vuelta con la pistola entre las manos y se alejan. O todos son secuaces suyos o no entienden que ese hombre supone un peligro para todos.
Lo hago rápido. ¡Pum! Cae al suelo y la sangre se esparce. Pero por fin estoy tranquila, pues la sangre es la de un malhechor.
Respiro aliviada, todo ha terminado. Mi mano vuelve al tirador de la puerta de mi coche. Abro, me siento. El atasco ya no es tan grande. Se oyen sirenas a lo lejos. Bien, se llevarán el cadáver. Arranco, piso el acelerador. Me siento orgullosa, la gente me mira. Se sienten aliviados porque ese hombre no volverá a apurar un cigarro.
Vuelvo a casa.

Atasco en la M-30: nubes grises y calor, mucho calor: verano. Miro al coche que tengo al lado; una mujer enciende la emisora de radio y mira al niño que lleva detrás mientras escucho una música estridente. El niño vuelve la cabeza, me mira, y en ese instante intuyo que el día no va a acabar bien.



Fin


 Aurora Merino

lunes, 25 de junio de 2012

PREMIOS CONCURSO DE RELATOS DEL DEP. DE LENGUA Y LITERATURA 2012.


Grave error



Cuando me desperté, sentí una inquietante presencia en mí habitación.¨Imposible¨, me dije, ¨ si vivo solo ¨. Sin embargo, había algo o alguien que me miraba en la sombra.

Me moví cuidadosamente entre las sábanas para que no me viera moverme y encender la luz para descubrir al intruso. Palpé la pared hasta que encontré el interruptor de la luz, lo presioné y al encenderse las luces vi que era un perro que se habría colado por la ventana, lo cual era fácil puesto que por trabajo, vivía en las favelas de Río de Janeiro. Mi nombre es José Juan, y era profesor de español en Brasil. Di de comer a Juan (el perro intruso). Lo llamé así porque después de darle de comer se encariñó mucho conmigo, por lo que decidí adoptarlo y como no sabía si tenía nombre, le puse el mío. Dejé a Juan en casa mientras que yo estuviera fuera.

Iba bajando por la calle cuando vi que dos hombres trajeados me miraban fijamente lo que me hizo sentir incómodo. Decidí acelerar el ritmo de la marcha.

Tenía dos posibilidades, girar a derecha o a izquierda. Siempre usaba la derecha porque se tardaba menos en llegar al colegio y como supuse que habrían vigilado mis movimientos giré a la izquierda. Tenía razón, solo tenía una milésima de segundo antes de torcer para ver que en la calle que había a la derecha había otros cuatro hombres sospechosos que no me gustaban. A pesar de que el barrio en el que estaba era muy pobre y se acostumbraba a ver hombres como ellos. Intenté disimular mirando el reloj y haciendo que llegaba tarde para salir corriendo. Recé para que al echar a correr esos hombres no me persiguieran y no podía arriesgarme a mirar atrás. Iba tan precipitadamente que me equivoqué de camino y acabé en una plaza de mercado sin salida.

Me di la vuelta y vi como cuatro hombres taponaban la única entrada y salida de la plaza y cómo un hombre vestido de traje blanco de aspecto elegante y seguramente muy caro, llevando sombrero a juego y bastón con un diamante en la empuñadora, se me acercaba. No tenía ninguna gana de relacionarme con aquel tipo, así que decidí ocultarme con los lugareños y ganar tiempo para pensar cómo escapar de allí. El hombre de blanco dio la orden de que me buscaran por lo que decidí subirme al puesto de un vendedor y saltar al tejado de una de las favelas y huir por los tejados. Corrí y salté de favela en favela hacia abajo para llegar a la comisaría de policía. Me di la vuelta y vi como esos hombres trajeados me disparaban con fusiles de asalto. Aceleré la carrera por los tejados intentando no perder de vista a mis perseguidores, por lo que tropecé y al caer de golpe, el tejado en el que estaba cedió y caí sobre la cocina de una favela en la que había una anciana cocinando con dos niños. Al verme el brazo ensangrentado por la herida producida al caer sobre una silla me desmayé, puesto que la visión de la sangre es algo que nunca he podido soportar.

Desperté en un lugar sucio, mal iluminado, destrozado, con grandes tuberías por las paredes y ratas trepando por ellas. Estaba sentado atado a una silla de madera bastante robusta. Entonces me di cuenta que delante de mi, en la penumbra estaba el hombre de blanco que vi en el mercado. Se mostraba muy enfadado o al menos eso aparentaba. Se me acercó y me preguntó con un tono de voz poco amigable dónde estaban los documentos. “¿Que documentos? “le dije. ¡Yo no sabía a qué se refería! El desconocido empezó entonces a pegarme hasta que le dijera lo que quería,  así que le mentí y le dije que los documentos estaban enterrados justo debajo de la puerta del baño sur de la cárcel de Guantánamo, en Estados Unidos, añadiendo que ese lugar era seguro, que allí no miraría nadie, con la esperanza de que me creyese y así me dejara de golpear y se alejara de mi lo más posible.

Me sonrió con una sonrisa gélida y tras asentir sin convicción alguna me amenazó con electrocutarme para que le dijera la verdad. El desconocido salió de la habitación para llamar a sus ayudantes. Me puse a gritar con todas mis fuerzas y a intentar desesperadamente librarme de mis ataduras. En ese momento descubrí que estaba sentado en una vieja silla eléctrica y que todo tocaba a su fin. Cuando ya creí que todo estaba perdido apareció Juan junto a uno de los niños a los que había destrozado la casa con mi caída y me desató. Salimos corriendo por el pasillo, cuando comenzamos a oír el ruido de los pasos de los ayudantes del hombre de blanco que venían corriendo a por nosotros, sin duda armados hasta los dientes. Juan ladró y se lanzo a por ellos esquivando por los pelos las balas que iban dirigidas a su cuerpo desnutrido, mientras que el chaval que me ayudó que se llamaba Miguel empezó a disparar con su pequeño revolver,  mientras que yo buscaba la forma de sacar a los tres vivos de allí.

De repente se me ocurrió una idea. Mientras que Juan zigzagueaba entreteniendo a los guardias y Miguel les hacía frente con su revolver, aproveché para coger una de sus armas con cogí toda la munición posible y corrimos desesperadamente, hasta que dimos con la salida. Nos alejamos de allí y nos escondimos en un edifico desde el que podíamos vigilar a nuestros perseguidores. Desde nuestro escondite vimos al hombre trajeado, con  una pistola Makarov en la mano, dando órdenes a sus ayudantes para que se dispersaran y nos buscaran. Cuando ya nos dábamos por muertos, se volvieron a juntar para subir en varios coches y buscar por otra parte.

Me quedé con un montón de preguntas sobre este grave malentendido. Nunca supe de qué documentos se trataba, ni quién era aquel hombre de traje elegante y mirada helada. Ahora que he escrito esto y lo he publicado, tengo miedo de que me descubran y me maten. Estoy escondido leyendo las noticias, deseando que no aparezca el cruel hombre que casi comete un gran error asesinándome, esperando a que todo acabe. Estoy "justo debajo de la puerta del baño sur de la cárcel de Guantánamo en Estados Unidos" un lugar,  en el cual no miraría nadie.
     

David Martín

CAMINOS DE HIERRO


Estreno de la obra de teatro "Caminos de hierro" de Silvia Eva Agosto interpretada del Taller de Teatro del IES Mariana Pineda.

domingo, 17 de junio de 2012

BOLETÍN NUEVAS ADQUISICIONES 2012

Gracias a vuestras propuestas y vuestra colaboración (muy en especial los murales y trabajos en conmemoración de DICKENS) hemos podido incrementar los fondos de la biblioteca con los siguientes documentos que ya tenéis disponibles. Esperamos que en el próximo curso sigamos ampliando la colección.

LIBROS
  • LOS JUEGOS DEL HAMBRE 1
  • EN LLAMAS "LOS JUEGOS DEL HAMBRE 2"
  • SINSAJO "LOS JUEGOS DEL HAMBRE 3"
  • ANTOLOGÍA DE CUENTOS (Antes de los 18)
  • FENRIS EL ELFO
  • LA LLAMADA DE LOS MUERTOS
  • LA MALDICIÓN DEL MAESTRO
  • EL VALLE DE LOS LOBOS
  • DIARIO SECRETO DE ADRIAN MOLE
  • CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO - CHOQUE DE REYES-  (2 Vol.) I
  • CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO - JUEGO DE TRONOS-  (2 Vol.) II
  • HUSH HUSH (Iª PARTE)
  • CRESCENDO (2ª PARTE)

 AUDIOVISUALES

  • BALADA TRISTE DE TROMPETA
  • BICICLETA, CULLERA, ROMA
  • BURIED (ENTERRADO)
  • CHE, UN HOMBRE NUEVO
  • LOS CHICOS ESTÁN BIEN
  • CRASH TIME 4 PC (DVD)
  • DIRT 3PC
  • EL DISCURSO DEL REY
  • FÓRMULA 1 2011PC
  • FÁCIL-MALDITA NEREA -CD
  • FUERTEVENTURA - RUSSIAN RED -CD
  • BIG FISH HIDDEN EXPEDITION TITANIC PC
  • HOLLYWOOD MONSTERS PC
  • IMPOSIBLE - MELOCOCOS-CD
  • INSIDE JOB
  • LIONESS HIDDEN TREASURES-AMY WINEHOUSE - CD
  • LIVE AT THE ROYAL ALBERT HALL - ADELE- CD
  • LOST HORIZON-PC
  • WOODY ALLEN-LA MÚSICA DE MANHATTAN- A MIDNIGHY IN PARIS -CD
  •  MARIA Y YO
  • MIDNIGHT IN PARIS
  • EL MUNDO AL DIA EN 80 VUELTAS -SEGURIDAD SOCIAL -CD
  • MYLO XYLOTO - COLD PLAY -CD
  • NATIONAL GEOGRAPHIC: CHALLENGE!
  • NBA 2K12
  • NEDS
  • NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS
  • OCÉANOS
  • PAN NEGRO
  • PRIMOS
  • PES 2012: PRO REVOLUTION SOCCER PC
  • LA RED SOCIAL
  • RIO NEGRO- JUAN PERRO - CD
  • SALMONALIPSIS - ANDRES CALAMARO - CD
  • SCOTT PILGRIM CONTRA EL MUNDO
  • LOS SIMS MEDIEVAL
  • SUPERBIA - SOBER - CD
  • TAMBIÉN LA LUNA
  • UN CASO SIN RESOLVER - CHRISTINA ROSENVINGE - CD
  • THE WHOLE LOVE - WILCO - CD